BUÑUELOS DE AIRE

... también denominados buñuelos de cuaresma, pero como no van conmigo los temas religiosos, seguiré llamándolos buñuelos de viento.

BUÑUELOS DE VIENTO

125 g de leche + 125 g de agua

50 g de manteca de cerdo + 50 g de mantequilla

2 cucharaditas de azúcar + 1 pellizco de sal

150 g de harina tamizada

3 huevos grandes

aniz dulce, azúcar para rebozarlos, aceite de girasol para freir

• Fundir la manteca y la mantequilla en la leche+agua sin que llegue a hervir, con el azúcar y la sal.
• Añadir la harina y aumentar el fuego. Remover con espátula hasta que la harina quede cocida y se desenganche de los bordes.
• Dejarlo enfriar unos minutos y añadir los huevos, uno a uno, removiendo bien.
• Calentar aceite de girasol y hacer los buñuelos procurando que queden dorados por todos lados. Para hacerlos con comodidad, yo pongo la masa en una bolsa de plástico de las de congelar, que son más rígidas para usarla como manga pastelera y corto una de las esquinas de manera que quede una buena abertura. Aprieto la masa para que salga por el hueco dejado y con la ayuda de un cuchillo, la desprendo de la manga improvisada dejando que caiga en el aceite (con cuidado de no salpicaros). De esta manera quedan perfectos sin que os pringuéis las manos para nada. 
• Cuando estén en el aceite comprobaréis que se inflan... de ahí su nombre de buñuelos de viento, ya que cuando os los metáis en la boca se desinflarán.
• Una vez los sacamos del aceite los colocamos sobre papel absorvente, los pulverizamos con anís dulce y los rebozamos con azúcar.

La masa no es difícil de hacer, pero el proceso de freírlos y rebozarlos es laborioso... pero os puedo asegurar que merece la pena, pues son deliciosos. Eso sí, muy light no son.