Hace dos semanas pudimos asistir a un parto en directo, un parto natural y maravilloso... el de nuestra perra Nit. No puedo explicaros lo que sentimos al poder presenciarlo, que fue posible porque la perra es de casa y se encontraba muy a gusto en nuestra presencia. Nur no hacía más que darnos abrazos y besos tanto a su padre como a mí... fue maravilloso.
Y aquí podéis ver las dos preciosidades que tuvo., que van creciendo a pasos de gigante, jejeje.
Mi perra es un cruce de schnauzer gigante (madre) y labrador (padre) a la que acogimos en casa con 2 meses de edad, hace unos cuatro años y medio. Es el primer perro que tenemos y reconozco que estamos enamoradísimos de ella. Llegó antes que Nur y eso nos preocupó un poco mientras estuve embarazada... pero no creo que haya una perra con más paciencia que ella, os lo aseguro jejeje.
Ahora sólo nos queda encontrar un par de familias que quieran acoger a las dos cachorras, dándoles tanto amor como nosotros le estamos dando a la madre. Me encantaría poder quedarme con ellas también, pero nos es imposible... eso sí, hasta que no tengan dos meses (principios de año), no se separarán de su madre
Y después de la experiencia que tuvimos, nos hace pensar mucho, sobretodo en cómo los animales que nunca han criado, saben en todo momento lo que tienen que hacer, cosa que nosotros hemos perdido. Ya no tenemos ese instinto para afrontar estas situaciones naturales en nuestras vidas. Una perra sabe parir sola, sabe que los tiene que sacar de la bolsa al nacer, limpiarlos bien para que empiecen a reaccionar, cortarles (morderles) el cordón umbilical, darles el pecho a demanda, estar en todo momento con ellos al principio que es cuando más la necesitan, acudir en cuanto la reclaman, estimular su sistema digestivo para que puedan evacuar... me parece simplemente fantástico. Y me hace preguntarme... ¿por qué a las madres que queremos estar en todo momento con nuestros hijos, que les queremos dar el pecho a demanda (estemos donde estemos), que los cogemos en brazos siempre que lo reclaman, que dormimos con ellos, etc, nos dicen que los estamos malcriando? Si es lo que nos dicta nuestra naturaleza, ¿por qué girarle la espalda? ¿por què actuar de otra manera? Yo siempre he tenido muy claro cómo quería criar a mi hijo, y ciertos comentarios no me han hecho cambiar (sólo me han molestado, eso sí), pero sí hay gente a quienes les puede hacer cambiar de actitud y es una lástima. Por suerte la crianza natural cada vez se está extendiendo más y lo que hasta hace poco es malcriar a nuestros hijos, volverá a ser la forma natural de criarlos (o eso espero).
Simplemente les pido a estas personas siempre dispuestas a dar "consejos" u opiniones, que se pregunten si la persona a la que las dirigen las necesitan, pues muchas veces, por no soltarles una impertinencia, nos mordemos la lengua. Cada cual que crie a su hijo como considere mejor.